El periplo judicial del chiste sobre el síndrome de Down que puede llevar a prisión al humorista David Suárez

El humorista David Suárez se sentará en el banquillo de los acusados por el tuit que escribió en abril de 2019 bromeando sobre las personas con síndrome de Down. El cómico se enfrenta a una petición de un año y diez meses de cárcel por parte de la Fiscalía, que considera que el mensaje es «humillante y vejatorio» para el colectivo y merece tal reproche penal. “El otro día me hicieron la mejor mamada de mi vida. El secreto fue que la chica usó muchas babas. Alguna ventaja tenía que tener el síndrome de Down”, fue el comentario que Suárez publicó en su cuenta de Twitter y que en su día le costó el despido del programa radiofónico en el que trabajaba y la anulación de diversos shows

La apertura de juicio oral contra el cómico es el último episodio de un periplo judicial que se inició en mayo de 2019, cuando la asociación Plena Inclusión Madrid llevó el comentario a los tribunales por un delito de incitación al odio (artículo 510 del Código Penal). La denuncia recayó en el Juzgado de Instrucción 30 de Madrid, cuyo titular, Jorge Israel Bartolomé, la archivó cuatro meses después, en septiembre de 2019, al considerar que aunque el mensaje era “desafortunado, grosero, zafio, repugnante y sin gracia alguna”, no podía considerarse delictivo. 

A juicio del magistrado no había constancia de que el tuit —del que decía que podía “herir sensibilidades” y “provocar reacciones”, como el despido del propio autor— se hubiera vertido “desde la animadversión al colectivo” y tampoco de que Suárez se dedicara a “difundir de manera reiterada mensajes peyorativos hacía dichas personas”. “El investigado pretendió hacer humor, sin sopesar las consecuencias que tan desafortunada frase podría acarrearle, y que la misma, lejos de obtener un reconocimiento y sonrisa, causaría gran repulsa y rechazo”, sostiene el magistrado en su resolución. 

La Fiscalía, que en un primer momento estimó procedente el archivo, se adhirió después al recurso de la asociación, personada como acusación particular. El propio juez mostró en uno de sus escritos su sorpresa por el “cambio de criterio” del Ministerio Público. Finalmente, la Audiencia Provincial de Madrid ordenó el pasado 22 de abril revocar el sobreseimiento de la causa al considerar que no podía quedar amparado por la libertad de expresión lo que era “un atentado contra la dignidad de todo un colectivo, mediante un acto de humillación y desprecio directo».

«No se castiga la expresión de una idea, se castiga la expresión cuando se haga de tal modo que ello suponga una llamada a la discriminación» y «se infringen otros valores constitucionales como la propia dignidad humana», sostiene la resolución de la sección segunda. Los jueces también aluden en ese auto al “riesgo” de que si no se actúa contra estos comportamientos, la sociedad asuma que «en redes sociales todo vale, no hay límites, impera la ley del odio y prácticamente reina la impunidad».

El auto de la Audiencia Provincial, del que fue ponente la jueza María Ángeles Montalvá, hacía alusión también a otros comentarios del cómico sobre personas con discapacidad física e intelectual que, en su opinión, prueban que no se trató de un “impulso único”. A juicio de los magistrados resulta “indigno” que se haga chanza sobre las personas que “desdichadamente sufren esa situación”. E incluso ponen el acento sobre el hecho de que el comentario se hiciera en Twitter, donde los contenidos se “viralizan” con facilidad. En su escrito de acusación, la Fiscalía considera que se trató de un mensaje “humillante y vejatorio” y que muestra un “evidente desprecio hacia el colectivo de personas con síndrome Down”, según adelantó El Independiente.

El Ministerio Público también reclama para el acusado una multa de 3.000 euros, cinco años de inhabilitación para el ejercicio de profesión u oficio educativo en el ámbito docente, deportivo o de tiempo libre y la inhabilitación para el ejercicio de su profesión en las redes sociales durante el tiempo de la condena.

El cómico, cuyos abogados preparan ya su escrito de defensa, asegura que el chiste “no tenía ningún tipo de intención vejatoria” y que, en todo caso, pretendía reflejar que las personas con síndrome de Down también tienen relaciones sexuales. “Lo lamentable es que se está persiguiendo un chiste, que puede ser de mal gusto o desafortunado, pero no deja de ser ficción. Ni siquiera es un debate sobre la libertad de expresión, sino sobre la libertad para hacer chistes siempre y cuando estén en el marco de la ficción y no supongan un acoso o pretendan hacer daño de forma deliberada”, asegura a elDiario.es. 

La asociación que llevó el tuit a los tribunales, sin embargo, sostiene que sus palabras son “manifiestamente atentatorias para la dignidad de un colectivo vulnerable” y que fue un mensaje de “hostigamiento y acoso hacia estas personas” que debe ser perseguido penalmente como un delito contra la dignidad. A igual que la Fiscalía, Plena Inclusión Madrid solicita para el cómico un año y diez meses de prisión y eleva la petición de multa a 6.000 euros.

Deja una respuesta

El periplo judicial del chiste sobre el síndrome de Down que puede llevar a prisión al humorista David Suárez

El humorista David Suárez se sentará en el banquillo de los acusados por el tuit que escribió en abril de 2019 bromeando sobre las personas con síndrome de Down. El cómico se enfrenta a una petición de un año y diez meses de cárcel por parte de la Fiscalía, que considera que el mensaje es «humillante y vejatorio» para el colectivo y merece tal reproche penal. “El otro día me hicieron la mejor mamada de mi vida. El secreto fue que la chica usó muchas babas. Alguna ventaja tenía que tener el síndrome de Down”, fue el comentario que Suárez publicó en su cuenta de Twitter y que en su día le costó el despido del programa radiofónico en el que trabajaba y la anulación de diversos shows

La apertura de juicio oral contra el cómico es el último episodio de un periplo judicial que se inició en mayo de 2019, cuando la asociación Plena Inclusión Madrid llevó el comentario a los tribunales por un delito de incitación al odio (artículo 510 del Código Penal). La denuncia recayó en el Juzgado de Instrucción 30 de Madrid, cuyo titular, Jorge Israel Bartolomé, la archivó cuatro meses después, en septiembre de 2019, al considerar que aunque el mensaje era “desafortunado, grosero, zafio, repugnante y sin gracia alguna”, no podía considerarse delictivo. 

A juicio del magistrado no había constancia de que el tuit —del que decía que podía “herir sensibilidades” y “provocar reacciones”, como el despido del propio autor— se hubiera vertido “desde la animadversión al colectivo” y tampoco de que Suárez se dedicara a “difundir de manera reiterada mensajes peyorativos hacía dichas personas”. “El investigado pretendió hacer humor, sin sopesar las consecuencias que tan desafortunada frase podría acarrearle, y que la misma, lejos de obtener un reconocimiento y sonrisa, causaría gran repulsa y rechazo”, sostiene el magistrado en su resolución. 

La Fiscalía, que en un primer momento estimó procedente el archivo, se adhirió después al recurso de la asociación, personada como acusación particular. El propio juez mostró en uno de sus escritos su sorpresa por el “cambio de criterio” del Ministerio Público. Finalmente, la Audiencia Provincial de Madrid ordenó el pasado 22 de abril revocar el sobreseimiento de la causa al considerar que no podía quedar amparado por la libertad de expresión lo que era “un atentado contra la dignidad de todo un colectivo, mediante un acto de humillación y desprecio directo».

«No se castiga la expresión de una idea, se castiga la expresión cuando se haga de tal modo que ello suponga una llamada a la discriminación» y «se infringen otros valores constitucionales como la propia dignidad humana», sostiene la resolución de la sección segunda. Los jueces también aluden en ese auto al “riesgo” de que si no se actúa contra estos comportamientos, la sociedad asuma que «en redes sociales todo vale, no hay límites, impera la ley del odio y prácticamente reina la impunidad».

El auto de la Audiencia Provincial, del que fue ponente la jueza María Ángeles Montalvá, hacía alusión también a otros comentarios del cómico sobre personas con discapacidad física e intelectual que, en su opinión, prueban que no se trató de un “impulso único”. A juicio de los magistrados resulta “indigno” que se haga chanza sobre las personas que “desdichadamente sufren esa situación”. E incluso ponen el acento sobre el hecho de que el comentario se hiciera en Twitter, donde los contenidos se “viralizan” con facilidad. En su escrito de acusación, la Fiscalía considera que se trató de un mensaje “humillante y vejatorio” y que muestra un “evidente desprecio hacia el colectivo de personas con síndrome Down”, según adelantó El Independiente.

El Ministerio Público también reclama para el acusado una multa de 3.000 euros, cinco años de inhabilitación para el ejercicio de profesión u oficio educativo en el ámbito docente, deportivo o de tiempo libre y la inhabilitación para el ejercicio de su profesión en las redes sociales durante el tiempo de la condena.

El cómico, cuyos abogados preparan ya su escrito de defensa, asegura que el chiste “no tenía ningún tipo de intención vejatoria” y que, en todo caso, pretendía reflejar que las personas con síndrome de Down también tienen relaciones sexuales. “Lo lamentable es que se está persiguiendo un chiste, que puede ser de mal gusto o desafortunado, pero no deja de ser ficción. Ni siquiera es un debate sobre la libertad de expresión, sino sobre la libertad para hacer chistes siempre y cuando estén en el marco de la ficción y no supongan un acoso o pretendan hacer daño de forma deliberada”, asegura a elDiario.es. 

La asociación que llevó el tuit a los tribunales, sin embargo, sostiene que sus palabras son “manifiestamente atentatorias para la dignidad de un colectivo vulnerable” y que fue un mensaje de “hostigamiento y acoso hacia estas personas” que debe ser perseguido penalmente como un delito contra la dignidad. A igual que la Fiscalía, Plena Inclusión Madrid solicita para el cómico un año y diez meses de prisión y eleva la petición de multa a 6.000 euros.

Deja una respuesta