Al volante del nuevo Astra, un clásico que se adentra en la modernidad

Pasada ya la treintena como modelo independiente sucesor del Kadett, el Opel Astra llega a su sexta generación con un bagaje tecnológico y un lenguaje de diseño que lo introduce de lleno en eso que, de forma tan imprecisa como inequívoca, llamamos modernidad. El compacto alemán incorpora ya los rasgos externos que estrenó el Mokka, especialmente el Opel Vizor que domina el frontal del coche, y también dos motorizaciones híbridas enchufables (PHEV) a la espera de una versión enteramente eléctrica prevista para el año próximo.

Durante una presentación que discurría por carreteras portuguesas cercanas a Lisboa, hemos tenido la oportunidad de conducir el nuevo Astra en variantes de gasolina, diésel e híbrida enchufable de 180 CV, la primera de las dos que se pondrá a la venta (las primeras entregas se esperan para primavera). El catálogo de motores ofrece potencias de entre 110 CV y 225 CV, esta última la que corresponde al segundo de los plug-in.

La primera sensación que hemos tenido al ver en persona el modelo es que parece más largo de lo que realmente es, tal vez debido a las dimensiones de la aleta trasera. En realidad mide 4,37 metros de longitud, apenas 4 milímetros más que su antecesor, y la distancia entre ejes solo ha aumentado en 13 mm, hasta los 2,675 m. El maletero cuenta con 422 litros de capacidad -1.339 litros con los asientos traseros abatidos- salvo en las variantes PHEV, donde el volumen se reduce hasta los 352 y 1.268 litros, respectivamente.

En esta sexta entrega, el Astra está construido sobre la tercera generación de la plataforma multienergía EMP2 del grupo Stellantis, aunque Opel ha querido dejar patente su ADN desde el inicio del desarrollo. En especial se ha buscado que el chasis, un 14% más rígido que el del modelo precedente, y la dirección eviten el cabeceo al avanzar en línea recta; en las frenadas, el objetivo ha sido asegurar la estabilidad tanto en curvas como en recta.

Comparado con otros modelos de Stellantis basados en la misma plataforma, como el Peugeot 308, el Astra nos ha parecido tal vez un punto más impreciso por lo que se refiere al guiado en zonas viradas, aunque en general la respuesta no deja de ser de lo más satisfactoria. El coche reacciona bien a los cambios de dirección, es confortable y frena de forma adecuada.

Todas las versiones que hemos conducido (PHEV de 180 CV, gasolina de 130 CV y diésel de la misma potencia) y sobre todo la primera disponen del empuje suficiente para moverse con solvencia en carretera. Nos han sorprendido para bien el cambio manual de seis velocidades de la unidad de gasolina y la baja rumorosidad de la equipada con motor diésel.

Por lo que respecta al híbrido enchufable, combina un motor de gasolina de cuatro cilindros y 1,6 litros que rinde 110 kW/150 CV con otro eléctrico que aporta 81,2 kW/110 CV, de lo que resultan los 180 CV conjuntos y 360 Nm de par máximo. Su batería de 12,4 kWh le otorga 60 kilómetros de autonomía eléctrica en ciclo WLTP.

El segundo PHEV que se unirá a la oferta durante el transcurso de este año ofrece una potencia de 165 kW/225 CV y un par máximo también de 360 Nm. El motor de gasolina entrega en este caso 133 kW/180 CV, y la fuerza se envía al eje delantero a través de una transmisión automática de ocho velocidades.

El habitáculo del Astra experimenta una transformación radical con respecto a lo que conocemos desde el año 1991. La instrumentación 100% digital se agrupa en el llamado Pure Panel, integrado por dos pantallas de 10 pulgadas que, como opción, pueden ir completamente acristaladas. Gracias a una lámina que evita los reflejos hacia arriba en el parabrisas, el diseño elimina el parasol sobre dichas pantallas para mejorar la funcionalidad y el ambiente, digamos, de alta tecnología. Por fortuna, los controles básicos, como el del climatizador, conservan los interruptores y botones físicos.

Al igual que su predecesor lanzado en 2015, el recién llegado aporta innovaciones al segmento compacto que tradicionalmente solo se encontraban en vehículos de superior categoría. Es el caso de la luz adaptativa Intelli-Lux Led Pixel Light, que proviene directamente del Insignia de Opel e integra 168 elementos led.

El Astra, que a lo largo del año estará disponible también con carrocería familiar (Sports Tourer), se comercializa en cuatro acabados -Edition, Elegance, GS-Line y Ultimate- y con precios comprendidos entre 23.591 y 33.600 euros para las versiones de combustión interna. El híbrido enchufable de 180 CV cuesta de 32.100 a 38.700 euros.

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