El ministro de Exteriores avisa de que «la posición rusa hace que se agote el tiempo del diálogo»
«Voy a ser franco». Ha sido una de las expresiones más utilizadas por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en su comparecencia para dar cuenta ante el Congreso de la situación respecto al conflicto en Ucrania. Y no escatimó en crudeza en los cerca de 25 minutos que ha durado su intervención inicial: «Esta gravísima crisis puede marcar un antes y un después para todos nosotros». Albares ha asegurado que el despliegue de tropas de Rusia y el decreto por el que Vladimir Putin reconoce la independencia de Donetsk y Lugansk suponen «la mayor amenaza para Europa de las ultimas décadas». «Estamos ante el que muy posiblemente sea el mayor despliegue militar desde la II Guerra Mundial. Es una amenaza que no solo concierne a Ucrania sino a todos. Nos estamos jugando la seguridad de todo el continente», dijo nada más empezar.
Albares, que desde el inicio de la crisis ha defendido la diplomacia como forma para arreglar los conflictos, es ya poco optimisma respecto a los frutos que pueda dar ante los últimos movimientos de Putin: «No podemos resignarnos sin más al fracaso del diálogo, vamos a seguir intentándolo mientras sea posible, pero debo ser franco con ustedes [le ha dicho a los diputados en la Comisión de Asuntos Exteriores], Rusia lo está poniendo muy difícil por no decir imposible». «La posición rusa hace que se agote el tiempo del diálogo», ha sentenciado.
«El Gobierno ruso está mostrando una voluntad clara de romper su compromiso de trabajar por buscar una solución pacífica del conflicto, como queremos, poniendo en peligro los cauces del diálogo. El escenario de que Rusia invada el territorio controlado por el Gobierno legítimo de Kiev no es en absoluto descartable. Estaríamos ante un hecho histórico, sin precedentes en las últimas décadas. Esto requerirá mostrar firmeza», ha dicho el jefe de la diplomacia española que ha enumerado algunas de las medidas puestas en marcha por la UE y la OTAN, como las sanciones a Rusia.
El Ejecutivo ha defendido en todo momento la unidad de acción con los aliados de la UE y de la OTAN y ha apostado por las vías diplomáticas y del diálogo con Rusia, pero Albares ha abierto ya la puerta a cambios en esa situación. «España no puede no implicarse en una situación tan grave como la que nos encontramos», ha aseverado en el Congreso antes re reiterar que la parte este del continente europeo está en peligro: «Afecta a nuestra propia seguridad». «Una agresión militar supondría una violación del derecho internacional de consecuencias impredecibles (…). Este Gobierno se está volcando en esuferzos diplomáticos para evitar que los peores temores acaben materializándose», ha proseguido Albares.
«España tiene que involucrarse en esta crisis. Los próximos días y semanas serán decisivos no solo para Ucrania sino para todos nosotros. Pueden suponer el fin de una era de paz y estabilidad en Europa y el inicio de una nueva en la que la conflictividad reaparezca en nuestro continente. Hoy tenemos que escoger si estamos con la paz y con la legalidad internacional o con el uso de la fuerza y el desorden mundial. El Gobierno escoge el primer camino», ha zanjado el ministro de Exteriores.